viernes, 2 de marzo de 2012

Maratón I can´t love you more than this


Hola directioners!!! Hoy os traemos un sorpresón. Una maratón de I can´t love you more than this. En ella podréis leer los capítulos 9 y 10!!! Esperamos que os gusten y que nos dejéis vuestros comentarios como siempre :)
Capítulo 9.

Me quedé en una especie de estado de sock. Notaba cómo mi corazón comenzaba a latir con un ritmo más acelerado. La simple idea de poder estar con el grupo al completo me llenaba de emoción, pero a la vez un gran nerviosismo me invadió. Sobre todo con preguntas como: ¿Qué me pondría? ¿Qué les diría? ¿Les entendería? ¿Les caería bien? ¿Cómo actuaría?...Todas estas cuestiones resonaban en mi cabeza. Pero algo era seguro, Harry no me había invitado a conocerlos, ni siquiera me había dicho si quería conocerlos o algo por el estilo. Pero respeto su decisión, yo no soy nadie para auto invitarme. Estas ideas fluían por mi pensamiento cuando Harry repentinamente pegó un chillido.
-   ¿Qué pasa Harry?- le dije mientras me tapaba los oídos. Había emitido un grito increíblemente agudo para ser de un chico y con una potencia impresionante.
-   Nada, es que quería sacarte de tus pensamientos, y como no era capaz con palabras he decidido gritar- me contestó tranquilamente- por cierto ¿en qué pensabas?- me preguntó mirándome con curiosidad.
-   En tonterías nada más. –Le respondí a modo secante. No quería que se imaginase lo que rondaba por mi cabeza.
-   Bueno, no te preocupes tarde o temprano me lo vas a acabar contando- dijo dándose aires de superior.
-   ¿Y por qué crees que lo haré?-le contesté con una mirada incrédula.
-   Porque sabes que puedes confiar en mí- me contestó mientras barría el suelo. Eso era incuestionable. Pero la pregunta era, porqué sentía que podía confiar en él, a fin de cuentas sólo llevábamos parte de un día juntos; y ya parecía que le conocía de toda la vida. Y para rematar la frase contestó- y sabes que yo también confío en ti Rosee.
Estas palabras llegaron hasta el fondo de mí ser. Era agradable saber que ese lazo que nos unía era mutuo, y en mi rostro se reflejó una tímida sonrisa que él no ignoró.
-   Está bien Harry, en eso no tengas ninguna duda- me limité a responder- y ahora ¿con qué quieres que te haga la foto?
-   Ten, usa esto- me dijo tendiendo un iPhone de Apple hacia mí. La verdad es que precisamente a Harry se le veía que no le faltaba el dinero. Y aquel  pedazo de móvil no hacía más que recordármelo. La pantalla era super plana y muy nítida, casi tanto que, al enfocar a Harry con el objetivo, parecía que le podía tocar. Le hice la foto, todavía algo impresionada.
-   ¿Te gusta?- me dijo adivinado mis pensamientos- ¿Nunca habías visto uno?
-   Sí, pero en los anuncios de televisión… La verdad es que son una pasada- le dije mientras le tendía el móvil.
-   Están bastante bien, lo malo es que como me lo guardo siempre en los bolsillos llamo sin querer a todo el mundo- dijo mientras se disponía a guardárselo- un momento quiero, hacerte una foto- y lo volvió a sacar.
-   ¿A mí? Pero porqué.- Dije mientras intentaba levantarme de la silla, y cómo no, enseguida se acercó a ayudarme.
-   Porque eres mi amiga ¿no? Y no hay nada de malo en eso, pero si no quieres no pasa nada, no te quiero obligar. A demás me gusta mucho tu sudadera.- Dijo señalando al estampado de la bandera británica.
-   Oh, gracias. Está bien, te dejo que me hagas una foto, pero con una condición. Tienes que posar tú también.
-   Vale, de todos modos ya me he acostumbrado.- Dijo colocando perpendicularmente el iPhone sobre una de las estanterías de la cocina. Se quitó la toalla de la cabeza. Era curioso ver que el pelo le tenía exactamente igual que antes. Tocó varias veces la pantalla seguramente para poner la cuenta atrás antes de hacer la foto. Rápidamente se acercó a mi y pegamos nuestras cabezas, al mismo tiempo que esbozábamos una gran sonrisa. Cuando estuvo echa la foto, fue rápidamente a por su móvil y puso una cara de inmensa alegría.
-   Déjame verla por favor- le dije.
-   ¡Sí! Sales genial Rosee- me dijo acercándose a mí para que ambos pudiéramos contemplar la foto.
-   No mejor que tú Harry- ese comentario se quedó flotando en el aire, y por unos segundos reinó el silencio, silencio en el que Harry me miraba con cara confundida y deseosa de decir unas palabras que no surgieron...
-   Bueno- dije para romper el silencio- ¿me puedes ayudar a poner la televisión con subtítulos?
-   Claro pásame el mando. Aunque la verdad, no me vendría nada mal aprender un poco de español. – Dijo mientras examinaba cuidadosamente los botones.- Me asombra que sepas hablar en inglés tan bien, y me da un poco de envidia.
-   ¿Por qué? ¿Es que no aprendías otra lengua en el instituto?
-   Sí, he dado clases de francés pero no se me da tan bien como a ti el inglés. Siempre me ha gustado conocer nuevas lenguas, solo que claro, allá a dónde voy todo el mundo sabe hablar en inglés y por eso nunca he sentido la necesidad de aprender lenguas.
-   Bueno, si quieres puedo intentar darte clases de español, por lo menos para que puedas entenderme.
-   Eso sería genial, me da a mí que serás una excelente profesora.
-   Sí, pero pongo una condición.- Dije haciéndome la interesante.
-   ¿Y cuál es?
-   Que tú me enseñes a cocinar. En serio Harry, creo que lo haces de maravilla- dije dedicándole una gran sonrisa que también le contagió.
-   Por supuesto, será todo un placer- dijo mientras que me hacía una reverencia y al mismo tiempo apretaba uno de los botones del mando. Mágicamente aparecieron los subtítulos en la pantalla y le miré con una cara super impresionada.
-   Oh, ¡también me enseñarás eso!- le dije justo antes de soltar una carcajada.
 Harry terminó de limpiar. La verdad es que lo quedó todo impecable. Tenía cara de cansado. Sabía que no tenía que haberme quedado quieta. Intenté mover el tobillo, y ya apenas dolía y lo tenía mucho menos hinchado. Se sentó en una silla a mi lado, intentando parecer lleno de energía aunque yo sabía que no era verdad.
-   Vamos Harry, ven conmigo, vamos a echarnos en el sofá. Así estarás más cómodo.
-   No si no pasa nada Rosee estoy bien- dijo mientras se apartaba hacia un lado el flequillo.
-   Venga Harry, me dijiste me ibas a contar todo, y aunque no me lo digas yo sé que estás cansado y créeme no me gusta nada verte así cuando yo también debería haber estado limpiando contigo.- Acto seguido me levanté y abrí mis brazos para darle un abrazo.
-   Es imposible llevarte la contraria.- Me dijo mientras me abrazaba.- Está bien, venga que te ayudo.
Me agarró de la cintura y puso uno de mis brazos rodeándole el cuello y otro a su cintura mientras él sujetaba la mía. Tal y como hace una horas me había ayudado a subir a su moto. Cada cosa que me ocurría, hacía o decía que tuviera que ver con él estoy segura de que nunca se me olvidarán.
Con bastante agilidad llegamos al salón y nos sentamos en el sofá. En seguida Harry cogió el mando, dispuesto a poner los subtítulos.
-   Espera, es mi turno. Enséñame a ponerlo- le dije arrebatándole el mando de las manos.
-   Está bien, pulsas aquí, aquí y luego aquí.-En seguida estuvieron puestos los subtítulos.
-   Bueno, y qué te apetece ver.-Y le tendí el mando. La verdad, no suelo ver mucho la tele. Prefiero entregar mi atención a los libros o a mi ordenador aunque siempre me han gustado las películas. Y como leyendo mis pensamientos, Harry se detuvo en un canal en el que estaban echando una. Ninguno de los dos la habíamos visto, así que decidimos verla.
Realmente era una película muy buena, aunque la historia era la de siempre. La típica en la que hay un agente secreto que salva a la guapa, y después de algunos embrollos, se funden en un apasionado beso mientras el edificio de fondo explota. Para ser sincera, en la parte del beso yo no sabía a dónde mirar. No me digáis que nunca os ha pasado… Más o menos a mitad de la película, me habían entrado las ganas de cambiar de postura, no me puedo estar quieta más de media hora. Harry se dio cuenta y sin decirme nada, me cogió piernas y las tumbó sobre las suyas, y me quedé super cómoda. Lo malo es que como ya he dicho, en la escena del beso, estaba prácticamente obligada a mirarle, pero lo solucioné haciéndome la dormida. Pasados unos diez minutos creo que él se dio cuenta, y empezó a hacerme unas caricias por mis gemelos, seguramente pensando que yo estaba totalmente dormida y que no me enteraría de nada. Menos mal que tenía puesto unos vaqueros porque si no me habría dado la risa.
En ese ambiente tan relajado, me olvidé de todo y creo que verdaderamente me quedé adormilada bajo las caricias que Harry me daba y el silencioso volumen que tenía la película. Pero de repente noté el ruido de un coche entrando en el porche. Abrí los ojos y me incorporé. Miré a Harry que también me miraba, pero con unos ojos ligeramente tristes.
-   Rosee, no te lo he contado porque no quería ponerte triste, pero me tengo que ir. Zayn y Louis han venido a por mí y me tengo que marchar.- Me dijo con voz temblorosa.
Rápidamente se levantó, me dio un beso en la mejilla, abrió la puerta y se fue. No me dio tiempo ni a reaccionar. Cuando me quise dar cuenta estaba con Napoleón rondando por mis piernas y sin poder verle. Aquel beso me había dejado helada. Harry se había marchado. Me sentí fatal, seguramente ya no le volvería a ver.
Pero esta idea se disipó de mi mente cuando veo un mensaje escrito en mi mano con bolígrafo azul:
``Pasaré a por ti a las once``
Y en mi palma me había escrito su firma y su número de móvil. Pegué un chillido de alegría que a veces hace que me pregunte si llegó a escucharme él.

Capítulo 10.

Estaba en el sofá viendo mi mano como si fuera un tesoro.  En parte sí que lo era. Me llamó la atención el número de Harry, sobre todo porque era bastante largo. Miré su firma. Tal y como la había visto en imágenes de Internet. No podía haber estado más feliz. De pronto me percaté de que no tenía su número apuntado en el móvil y que se podría borrar, así que rápidamente lo guardé en mis contactos, que no eran muchos por cierto. Napoleón se puso repentinamente a ladrar.
-        ¿Qué pasa chiquitín?- le dije cariñosamente mientras le acariciaba la cabecita. Rápidamente saltó al sofá se acurrucó a mi lado y se quedó calladito. Estaba claro lo que le pasaba. Estaba celoso, eso es todo. Y tenía razón, desde que estuvo Harry con migo apenas le había echo caso al pobrecillo, cuando normalmente le tengo muy mimado.
-        No te preocupes, nunca me voy a olvidar de ti- sonreí, le cogí y lo puse pegando mi pecho- tú siempre vas a ser mi bebé.
Pareció entenderme, porque enseguida hizo amago de lamiarme toda la cara si no se lo hubiera impedido. Ya eran las seis y media, hora de la merienda. Me levanté con cuidado, apoyándome en los muebles para caminar y me dirigí a la cocina. El pasillo por el que tengo que pasar para ir a la cocina es amplio, con algunas plantas y con un gran espejo que ocupa prácticamente toda la pared. Me miré en el espejo. Los ojos me brillaban de la emoción y de la alegría que sentía, e instintivamente me toqué la mejilla en la que Harry me había besado sólo unos minutos antes. Me puse colorada sólo al recordarlo. Debía de haberle caído bastante bien porque nosotros, los españoles, somos lo únicos que tenemos costumbre de dar un beso como saludo o despedida. Sin embargo él me había besado, eso era lo que importaba, y al día siguiente estaba dispuesta a saludarle de la misma forma. Llegué a la cocina y me preparé un té, para calmar los nervios. Puse la televisión y aparecieron los subtítulos. Ahora sé que se puede echar de menos a una persona en media hora.
Estaba aburrida de nuevo así que puse música en bajito de mi móvil, y encendí mi ordenador. Miré en el Messenger, cero mensajes, miré el Tuenti, cero mensajes… Y cuando se me estaban quitando las ganas de seguir mirando mis cuentas vi que en Twitter tenía un nuevo seguidor. Eso era raro, así que me metí a ver quién era, y cuán fue mi sorpresa cuando descubrí que Harry me estaba siguiendo. ¡Nuestra amistad iba en serio! Pero todo fue aún mejor cuando leí el último tweet de Harry:
“Te echo de menos”
Era exactamente lo que me pasaba y estaba segura que lo decía por mí. Yo le “respondí” con:
“Yo también”
Las horas siguientes fueron bastantes aburridas, como de costumbre. Mi padre llegó a las nueve, y me dijo que mamá había llamado y le había dicho que llegaría tarde y que no la esperásemos para la cena. Mi padre es un hombre alto, de constitución fuerte, con el pelo negro y unos ojos grises muy profundos. Lástima que yo no haya heredado esos ojos.
 Siempre le ha apasionado la naturaleza, en especial la botánica. Por eso tiene un pequeño bonsái en su mesa desde que tengo memoria. Trabaja en el campo y le encanta, tanto que su pasión lo absorbe y lo aparta de mí. Si vas a hablar con él lo más probable es que te cuente lo emocionante que ha sido descubrir una nueva propiedad de una planta conocida. Parece que no tiene otro tema de conversación. Pero eso no significa que cuando lo necesito no está a mi lado, siempre que lo he llamado ha estado ahí y se ha preocupado por mí más que mi madre.
-        Bueno papá, ¿qué vamos a cenar?- pregunté mientras lavaba los platos en los que Harry y yo habíamos comido los tacos.
-        Pues supongo que lasaña- dijo mientras sacaba los ingredientes- un momento, ¿por qué estás lavando dos platos? ¿Es que acaso no lavaste los de anoche?- Era extraño que me lo preguntara, y más extraordinario aún que se hubiera dado cuenta.
-        No papá, es que he comido con un amigo- le respondí mientras sonreía recordando a Harry.
-        ¿Un amigo? ¿Quién hija?- me preguntó en tono preocupado.
-         Un nuevo amigo que he hecho esta mañana, verás es que salí a correr un rato con Napoleón por el campo, pero me tropecé con un bache de la carretera y no me podía levantar porque me dolía mucho el tobillo. Entonces apareció Harry con su moto y me trajo muy amablemente a casa. Y para agradecérselo le invité a comer.- Le dije intentando conseguir la mayor naturalidad que pude adoptar.
-        ¡Has montado en moto hija!- me dijo en tono alarmantemente excitado.
-        Sí, no hay nada de raro papá. Además, no tenía otra opción. Recuerda que no podía moverme.
-        Harry… ¿no es de aquí verdad?- preguntó mi padre.
-        No, es del Reino Unido y ha venido aquí con unos amigos a pasar las vacaciones.- Me limité a contestar.
-        ¿Y sabe hablar español?- preguntó con curiosidad, una curiosidad que me extrañó muchísimo en él.
-        No, sólo habla inglés y un poco francés. Pero como a mi se me da bien el inglés, no he tenido ningún problema a la hora de hablar.- Contesté orgullosa.
-        Muy bien hija. Ya sabía yo que ese viaje a Estados Unidos te había venido muy bien.- Contestó animado.- Me parece muy bien que hagas amigos.
-        Ya papá- dije sin poder evitar reírme. Se me hacía raro tener esa especie de charla padre e hija.- He quedado de nuevo con él mañana a las once. Me ha invitado a su casa y va a venir a por mí.
-        Bueno pues espero que te lo pases muy bien.- Y me dio un beso, como si yo hubiera hecho algo excepcional.
Luego le ayudé a preparar la cena y comimos solos en silencio. Cuando acabamos recogí la mesa, como haría toda niña buena; le di un beso a mi padre de buenas noches, me puse el pijama y me metí en la cama. Me puse a leer un libro porque no era capaz de conciliar el sueño, pero ni siquiera conseguí centrarme en la lectura. Estaba demasiado nerviosa pensando en One Direction.
A la mañana siguiente…
Me desperté a las siete de la mañana con los nervios a flor de piel. Cuando me disponía a salir de mi habitación, me percaté de que se oían ruidos. Agucé mi oído y escuche a mi madre y a mi padre hablando.
-        ¡Es verdad, todavía no se han ido a trabajar!- dije bajito para que no me escucharan. Volví a meterme en la cama, y estuve acariciando a Napoleón una hora, hasta que escuché el sonido de la puerta al cerrarse. Entonces abrí mi ventana, miré el paisaje y rápidamente salí de mi habitación y me fui corriendo al baño, deslizándome con los calcetines por el suelo. Me lavé la cara y volví a mi habitación. Durante el tiempo que había estado acariciando a Napoleón ya había planeado lo que iba a ponerme, aunque la verdad es que no me fue nada fácil.
Escogí unos vaqueros cortos, una camiseta negra de manga corta ancha y caída de un hombro, y unas sandalias negras con pintas plateadas. Para complementar, me puse un collar plateado, largo y fino. En mi opinión estaba guapa y a la vez super cómoda.
Fui al baño de nuevo para peinarme, pero no tenía ni idea de qué hacerme en el pelo. Después de pasar veinte minutos frente al espejo, decidí hacerme un recogido hacia atrás, como un tupé, y me cardé un poco el pelo. El efecto resultante fue el de una auténtica roquera si no fuera por que en mi cara no había ni rastro de maquillaje. No lo necesito, y me enorgullece decir que tengo un cutis impecable, solo que un poco falto de sol. Siempre he sido muy blanca de piel, y eso contrastaba muchísimo con mi camiseta negra. Pero tenía tiempo todavía de ponerme morena, al fin y al cabo, el verano acababa de comenzar.
Salí corriendo hacia la cocina, y en ese momento me di cuenta de que mi tobillo estaba perfectamente y no me dolía nada en absoluto.
-        ¡Voy a disfrutar de un día a tope!- grité lo más fuerte que pude y levantando los brazos.
Como todas las mañanas me hice mi desayuno con bacon. Esta vez estuve muy pendiente de Napoleón, y le di rápidamente su desayuno para evitar desastres. Desayuné más rápido de lo habitual por los nervios y lo recogí todo. Me acerqué a ver mi móvil.
-        ¡Mierda! Tiene poca batería.- Exclamé alarmada.
Rápidamente fui a buscar el cargador, y en la pantalla táctil apareció el icono de cargando. Y como tenía el móvil en la mano, me entraron ganas de poner música. Y así lo hice, puse la canción Up All Night, como no, de One Direction. Me encanta esa canción, y tiene una letra muy marchosa, tal y como estaba mi corazón. Empecé a cantar como una loca, cerrando los ojos, imaginándome en un escenario con miles de personas gritando mi nombre y aplaudiendo. Sólo imaginándomelo me emocionaba, y me puse a hacer los movimientos que hacen las superestrellas al cantar, con algunos pasos de baile incluidos.
Como tenía la música a tope no me di cuenta de lo que pasaba a mí alrededor. Harry ya había llegado, y estaba observándome por la ventana, con los ojos como platos y con la boca abierta de par en par de la admiración. Cuando acabé mi “actuación”, se puso a gritar y a aplaudir. Cuando me di cuenta pegué un chillido y me llevé las manos a la cara muy avergonzada.
-        ¡Rosee eres genial, pero por favor déjame entrar!- dijo golpeando el cristal. Yo no sabía si abrirle o no. Quería que me tragase la Tierra o que de repente se le borrase la memoria a Harry, o incluso que el tiempo retrocediera. Había algo que yo no soportaba, y es que me escuchen cantar o que me vieran bailar. ¡Y encima habían resultado ser las dos cosas!
Me acerqué a la puerta y le abrí finalmente. Tenía mis manos tapándome la cara, no quería ni que me viera. Nada mas abrir se abalanzó sobre mí y me dio un enorme abrazo levantándome hasta del suelo, pero yo no me retiré las manos de la cara.
-        ¡Rosee, con esa voz serías capaz de ser más famosa que nosotros!- me dijo al oído mientras me acariciaba el pelo.
-        Harry, por favor, no digas tonterías- contesté entre susurros.
-        No digo tonterías Rosee, es en serio- dijo mientras apartaba mis manos de mi rostro. Mis ojos temerosos enseguida se encontraron son los suyos completamente emocionados- espera a que se lo cuente a los chicos.
-        No Harry, no le digas nada a nadie- le dije apartándome bruscamente de él- no podría soportarlo…- esto no era nada bueno, estaba a punto de llorar por la estupidez que había hecho. Me giré y le di la espalda, no podía mirarle a la cara.
-        Pero Rosee, el mundo necesita saber que existe esa voz tan increíble que tienes-dijo mientras me rodeaba con sus brazos por la cintura. Estaba a punto de derretirme, literalmente. Me giré para hablarle a la cara.
-        Harry, tienes que prometerme que no le dirás nada a nadie. Sólo tú lo sabes. No soporto ser el centro de la atención. Yo, nunca podré ser como tú…
-        Pero…-dijo de modo suplicante.
-        No Harry, nada de peros, si realmente quieres ser mi amigo tienes que respetar mi decisión.
-        Está bien, sólo si prometes al menos cantar con migo aquí, en tu casa y cuando estemos solos- dijo mientras me agarraba la cara con sus manos, seguramente para evitar que dejase de mirarle a los ojos- en serio Rosee, me gustaría mucho cantar contigo.
-        Pero Harry no lo entiendes, yo no he cantado con nadie nunca y tratándose de ti mas difícil me resulta- dije agarrando sus manos y bajando la mirada.
-        Vale Rosee, no se lo diré a nadie y tampoco te obligaré a cantar, pero que sepas que tienes una voz preciosa- dijo mientras me abrazaba por segunda vez- será nuestro secreto.
-        Gracias- y le abracé aún más fuerte.
-        Venga vámonos.- Dijo agarrándome de la mano.
-        ¿A dónde?- le pregunté ya más calmada.
-        ¿Tú qué crees?- me dijo divertido.

Continuará…

8 comentarios:

  1. Meee encantaaa!!
    Siguiente pero yaaaa!!

    ResponderEliminar
  2. aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiix! voia contar una cosa: yo cuando leo un libro, novela o lo qe seame meto muxo en el personaje y sinceramente, cuando stabaleyendo la nove mestaba poniendo nerviosa y toodoo! jajajaj cmo si me estuviera pasando amiii!! (ojala...^^) jejejjejejej:$
    enserio raqel MEN-CAN-TA! Supongo k en el proximo capitulo saldran los demas componentes de 1D aver k pasaaaaa con Rosee y Harryy!!! jajajjajajajjaj :$
    ONE DIRECTION! <3

    ResponderEliminar
  3. AAAAH ME ENCANTAAAAAA!!!
    ¿CUÁNDO SEGUIRÁS? NOS TIENES IMPACIENTEEES!!! ESTÁ GENIAL TU NOVELAAA!!!!! :)
    ONE DIRECTIOOOOOOOON:D

    ResponderEliminar
  4. Me encanta, me chifla, me mola...!!! Tu novela es genial! Siiigueeee, hay que intriiiiiigaaaa :S

    ResponderEliminar
  5. me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. xfa scribe/publicaa mas amenudo!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  7. ais chicas, en serio, me haceis muy feliz; y aprobecho para mandar un saludo a las nuevas lectoras ;) No os preocupéis, dentro de dos días o así subiré otro ok? teneis ganas de mas? hahahaha yo creo k si guapísimas, todas querríamos ser Rosee :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. raquel me encanta!!!!!!!!!! publica pronto ke no puedo dormir de la intriga. besosss wapisssima :P

      Eliminar