domingo, 15 de enero de 2012

I can´t love you more than this


Hola chic@s, como os prometimos vamos a subir una novela. La ha escrito Raquel, y la ha llamado I can´t love you more than this. Tiene escritos ya muchos capítulos, pero los irá subiendo poco a poco claro está, si os gusta. Dejar vuestros comentarios please. 

I can´t love you more than this.
 
Capítulo 1.
 

Me levanté y como todos los días subí la persiana y abrí la ventana de mi dormitorio. Me encanta hacer eso siempre, se ha convertido para mí en una especie de ritual. Respiré el aire puro del campo con los ojos cerrados… Estaba húmedo debido a las lluvias que habían caído hace poco y eso me produjo que se me erizara la piel. Cuando abrí los ojos podía contemplar las tierras de cultivo, las herramientas de trabajo de mi padre y como no vi a mi perro, Napoleón, tiene gracia porque aún es muy pequeñito pero tiene mucho genio y es muy aventurero por eso de vez en cuando se mete en algún lío; sin lugar a dudas él es el que me ayuda en tantos momentos de soledad en el campo y por ello le tengo mucho cariño. Me giré, mi habitación no es muy grande pero tampoco es pequeña. Tiene un aire rústico en tonos rosas, pastel y marrones, y eso le da un aire acogedor. Está un poco desordenada, nada excesivo claro, pero lo suficiente como para que mi madre siempre que está en casa me riña. Pero a mí no me gusta tanto orden… si la ordeno, da la sensación de que es un espacio frío y sin vida, justo lo contrario de como yo soy. Abrí la puerta de mi cuarto.
-¿Hay alguien?- dije. Aunque ya sabía que no iba a contestar nadie. Mi padre se pasa casi todo el día en el campo trabajando, y mi madre se va a la ciudad todos los días a trabajar en la empresa, y como no tengo hermanos ni hermanas estoy completamente sola. Como siempre.
- Va a ser un verano muy largo- suspiré. Los ladridos de Napoleón me hicieron salir de mi tristeza, y me recordó que no estaba tan sola. Eso me hizo sonreír. Mientras iba andando por el pequeño pasillo para ir a la cocina me iba desperezando. Me acerqué a la mesa de la cocina. En la mesa había una nota:
*Rosee, tienes el Bacon en el congelador. Ten cuidado con la sartén. Llegaré tarde hoy. Besos mamá.*
La primera frase me hizo acordarme de la primera vez que tuve que usar la sartén y fue precisamente para eso, freír Bacon, ya sé que puede parecer raro, pero desde que pasé el mejor verano de mi vida en Estados Unidos con mis tíos se me pegó la costumbre de comer huevos con Bacon en el desayuno. Pero no siempre es agradable comerte todo eso recién levantada, así que decidí comer sólo el Bacon. Pero al leer la segunda frase tan corta, y a la vez tan dolorosa, me recordaba el largo y aburrido día que me esperaba, y en mis ojos se reflejaron unas pequeñas lágrimas  pero las reprimí, eso, no iba a cambiar nada.
Abrí la puerta del congelador  y saqué el Bacon, para que se descongelara un poco, así luego se freiría mejor. Mientras tanto fui a abrir la puerta del chalet y le quité la correa a la que estaba atado Napoleón para que pudiera entrar. El pobre estaba un poco sucio así que le di un baño. Me encanta hacerle la cresta con el jabón, parece un auténtico roquero. A diferencia de muchos perros, a él le encanta que le bañe y que le peine… es un perrito muy bueno en algunos sentidos.
Cuando acabé de darle el baño, como el Bacon todavía necesitaba más tiempo para descongelarse me fui a mi cuarto para vestirme. Escogí unos vaqueros, unas botas de agua de color blanco y una sudadera con un estampado de unas zapatillas con el fondo de la bandera británica. Me encanta esa sudadera, es mi favorita, porque representa mi amor hacia el inglés y que como se puede adivinar no se me da mal. Cuando estuve en Estados Unidos tuve la oportunidad de practicar mucho y eso me ha dado confianza y fluidez a la hora de hablarlo. Me miré en el espejo que tengo en mi habitación, y empecé a echarme agua por todo mi pelo largo, aunque no demasiado, para que los rizos que se me forman no se desaceran y para que no se me quedase el pelo encrespado, y me puse una diadema blanca, a juego con mis botas y mi sudadera.
Cuando acabé me fui a la cocina, y casi me da algo cuando veo que Napoleón estaba subido a la mesa y que se estaba comiendo el Bacon que ya se había descongelado. Desde el otro extremo de la cocina le grité:
-¡No quieto no te lo comas perro malo!- pero ya era demasiado tarde. En cuanto escuchó mi grito pegó un enorme salto de la mesa y salió por la puerta principal que me había quedado abierta.
-¡No creas que vas a escapar de mí pequeño diablo!- y me lancé a correr detrás de él. Corrí como si me estuvieran persiguiendo una manada de lobos. Sentía la adrenalina recorrer todo mi cuerpo y tenía mi vista fija en Napoleón. Atravesamos el camino de tierra, y se dirigió a una carretera cercana que está en mal estado llena de baches y de barro, pero eso poco me importó. Aunque estaba enfadada con Napoleón, por una parte le estaba agradecida. Ya sé que es triste pero esa carrera era lo más emocionante que me había pasado en más de una semana. De repente empecé a sentir que los pies me quemaban y sentía un gran hormigueo por las piernas. La vista,  se volvió de repente nublosa y no pude darme cuenta del bache que tenía  justo delante de mí. Así que me tropecé y caí. Fue como cuando estás en mitad de un sueño muy hermoso y que de repente te cayeras de la cama y te espachurraras la cara contra el suelo. Me quedé medio inconsciente. Al minuto abrí los ojos y vi como Napoleón se acercaba tímidamente  a mí, como si me pidiera perdón e intentara ayudarme. Pero eso de poco me sirvió porque cuando quise ponerme de pié sentí un terrible dolor en el tobillo. Intenté moverlo, pero al hacerlo parecía que me habían clavado mil agujas. Me desesperé y miré a mi alrededor, había varias casas  pero como no había ningún coche en ellas me di cuenta de que no habría nadie  y de todas forman no podría llegar hasta ellas porque se encontraban bastante lejos. Me sentía hundida, estúpida y una completa idiota al haber salido detrás del perro y encima haberme quedado la puerta de casa abierta. Empecé a llorar, y Napoleón se acercó a mí y empezó a gemir como si también él llorara. Estuve así un cuarto de hora y no me di cuenta de que una moto de color azul se acercaba. Por suerte para mí la persona que conducía sí, así que fue frenando hasta detenerse en frente de mí. Yo me sentía tan humillada que no me atrevía ni a mirar quién era. Aunque luego me arrepentí.
       Continuará…

4 comentarios:

  1. Empieza bien !!! Creo que me va a encantar !!! De verdad, me alegra que te hayas animado a hacer el blog con Gema, Raquel. Me encanta el principio de la nove !!! A ver qué pasa con el que va en la moto, que por la foto se sabe hahah ;)

    ResponderEliminar
  2. GRACIAS!!! Me alegro de que te guste :) La verdad es que creo que dí demasiadas pistas con la imagen haha :D

    ResponderEliminar
  3. ME ENCANTA <3 1DIRECTION FOREVER

    ResponderEliminar
  4. Me encanta sigue escribiendo gran blog

    ResponderEliminar