Capítulo 8.
Narra Harry:
-
¡Tienes comida en el pelo!- me dijo entre
risas. Menos mal que no se había enfadado. Me encanta escuchar su risa.-
¿Dónde?- acerté a preguntar mientras tocaba mis rizos.
-
Acércate que te la quito.
Me acerqué, agachado. Pero también ella
tenía migas de pan por su rizado y castaño pelo. Así que antes de nada, alargué
mi mano y se las quité delicadamente. Ella se quitó la diadema blanca que
llevaba y puso su pelo hacia mí, para que me fuera más fácil. Al verla así me
di cuenta de que es muy guapa, pero ella no sabe que lo es, eso la hace todavía
mas bella. Le puse la diadema. No se me dan muy bien esas cosas, pero al final
se la quedé igual de bien que antes. La sonreí y levanté el pulgar en señal de
aprobación.
-
Vale, ahora te toca a ti- la dije
agachándome, pero sin dejar de mirarla a los ojos.
Entonces desvió su mirada hacia mi pelo.
Cuando iba a tocarlo, pareció detenerse.
En parte la entiendo, sé que ella es una fan; y no es para echarme flores ni
nada, pero ya he visto la reacción que le produce a las fans cuando me tocan el
pelo. Sé que suena estúpido, pero se vuelven histéricas. Pero yo sé que ella no
es así, porque si no nada más verme se hubiera vuelto loca. Para que se
tranquilizara miré a otro lado; parece que se pone nerviosa cuando la miro. Me
quitó la comida rápido, como si la diera vergüenza. Me encanta cuando se pone
así, es tan dulce…
-
¿Dónde está el baño?- acerté a preguntar,
y así romper el hielo.
-
En aquella puerta.
-
Ahora vengo- y me levanté en dirección a
la puerta que me había indicado. Notaba una sensación extraña detrás de la
nuca, como cuando parece que alguien te está mirando…
Entré en el baño, era de tamaño mediano.
Tenía una ducha con unos pequeños agujeros en los costados, posiblemente tenía
hidromasaje. En frente de los lavabos había un gran espejo, y la sala estaba
decorada en tonos crema y anaranjados. Me miré en el espejo. El chico que
miraba había cambiado mucho, aunque por dentro es el mismo. Mi vida cambió
radicalmente con mi aparición en televisión, y más tarde como miembro del grupo
británico más popular del momento. Aunque todavía me extraño al ver una masa de
fans gritando mi nombre.
Abrí el grifo y el agua empezó a caer. Me
levanté la cara y tuve una gran sensación de alivio. No podía quedarme mucho
tiempo con Rosee, tenía que ensayar. Los chicos y yo estábamos en una gran casa
no muy lejos de aquí, bastante oculta. Louis se había empeñado en ir a comprar
ropa y había arrastrado a Zayn con él. Louis está un poco loco, pero menos mal
que Zayn se apunta a cualquier cosa siempre que esté de humor, sino tendría que
haber ido yo.
Pero como si hubiera ido con ellos porque
llevaban ya varias horas sin aparecer y tenían el móvil apagado. Así que fui
con la moto a buscarlos, pero como no estaban por ninguna parte, tuve que
volver. Y volviendo me encontré con Rosee.
No iba a ser una despedida, sino un hasta
mañana, eso lo tenía seguro. En ese momento sonó mi móvil.
-
¿Hola?
-
¡Harry!- gritó Zayn al otro lado de la
línea- Por favor Louis deja de pegar saltitos que ya sé que esos pantalones
molan mucho- conseguí escuchar. Ha, ha, ese Louis siempre en su mundo. – He
visto tus llamadas, no te preocupes estamos bien. Louis ha alquilado un coche,
y sobre las seis o así vamos a volver a casa para el ensayo. ¿Tú estás en casa?
-
No, estoy con una amiga.
-
¿Aquí, en España? ¡Pero si sólo llevamos
aquí unas horas y es la primera vez que vienes!
-
Sí, pero mientras vosotros estabais de
compras, yo he conocida a Rosee.
-
Am, OK. Entonces, ¿quieres que nos pasemos
a por ti?
-
Vale, pero traer algo para llevar mi moto.
-
Venga, a las seis nos pasamos a por ti.
-
Harry, ¿y es guapa?- dijo Louis en ese
momento. Pero no pude reprocharle nada, porque Zayn colgó. ¿Es que acaso uno no
puede tener una amiga sin que nadie se piense nada? Yo soy así, me entiendo
bien con las chicas, sean como sean. Es una cualidad que suele formar ideas
equivocadas y también sentimientos, por ello he roto algún que otro corazón aunque
siempre por un malentendido, y luego se soluciona todo. No hay más rencor, no
hay de donde pueda salir.
Salí del baño y vi a Rosee limpiando como
podía la mesa. No la iba a decir cuando me iría, no quería ponerla triste, ni a
ella ni a mí mismo.
-
¡Déjalo Rosee ya lo hago yo!
-
No si no pasa nada.
-
En serio por favor para, lo tengo que
recoger porque he sido yo el que he empezado todo.
-
¡Si he sido yo la que te he tirado la
comida al pelo!
-
Sí, pero lo has hecho sin querer.
-
Vale, ¡pero no me puedo quedar quieta
viéndote limpiar!
-
OK, pues pon la tele.
Narra Rosee:
Me acerqué al mando y puse la tele
mientras Harry se ponía a limpiar.
-
¿Dónde está la fregona y el cepillo?- me
preguntó.
-
Fuera, dentro del cobertizo.
Y se fue, yo me puse a ver la tele, pero
me di cuenta de que estaba en español y sin subtítulos. Así que leí los botones
del mando. Me puse a tocar botones pero nada, por ninguna parte aparecía algo
para cambiar el idioma. Leí, y releí las indicaciones, pero nada. Llevaba ya
más de diez minutos buscando, cuando me di cuenta de que Harry no había vuelto
aún.
-
¡Harry!- grité, pero nadie respondió. Por
un momento me sentí muy sola, y no me gustó nada.- ¡Harry!- grité de nuevo. Un
doloroso pensamiento recorrió mi mente.- ¿Se ha marchado?- dije entre susurro e
inconscientemente en inglés.
-
¡No! ¡Estoy aquí!- dijo Harry, y cuando me
giré no pude reprimir la risa. Tenía el cepillo en una mano, la fregona apoyada
sobre sus hombros, y se había puesto en la cabeza, a modo de turbante, una
toalla.-
¿No pensarías en serio que me iba a
marchar?
-
No claro que no. Es que…
-
Te sentías sola- Harry terminó la frase
que yo no era capaz de terminar, y me puso una mano en el hombro.
-
Si…- me limité a contestar. Pero enseguida
empecé a reírme.- ¿Pero por qué te has puesto eso?
-
Quería tener una imagen más auténtica de
chico de la limpieza.
-
Te queda muy bien- dije con timidez.
-
Gracias, ¿me puedes hacer una foto?
-
¿Para qué?
-
Es que quiero enseñársela a los chicos.
-
¿Cómo, es que ellos también están aquí?
-
Sí, decidimos venir a España porque así
estaríamos más tranquilos para ensayar las canciones del nuevo álbum.
De que me contó todo esto se me puso el
corazón a mil. ¡Tenía una pequeña posibilidad de conocer a los chicos!
Continuará…